No importa dónde vivamos, todos los seres humanos del planeta estamos conectados con el océano de una manera u otra. Un océano vivo juega un importante papel en cada uno de nosotros. Los océanos nos proporcionan multitud de trabajos, e impulsan la economía y la prosperidad; aportan comida, oxígeno y elementos para hacer medicinas; regulan el clima y absorben cantidades ingentes de contaminación del aire y del agua generadas por los más de 7 billones de personas que habitan el planeta, y suministran un amplio abanico de servicios medioambientales que, aún hoy en día, no somos capaces de valorar suficientemente. No obstante, a pesar de los múltiples beneficios que los océanos nos ofrecen, continuamos destruyendo como sociedad un sistema que proporciona un suporte vital a nuestro planeta.
Las playas son también un espacio clave dónde, desafortunadamente, se genera una gran cantidad de residuos. Muchos de ellos no son biodegradables, y representan un gran riesgo para la fauna y flora marinas y, por tanto, para los seres humanos. En la playa, en la medida de lo posible, la sociedad debería evitar siempre los envases de un solo uso y usar siempre las papeleras. “El mejor residuo es aquél que no se genera”.
De todos los residuos generados, los plásticos son los más peligrosos, ya que permanecen inalterados durante un largo período de tiempo y, además, debido a la acción de las olas y el sol, pueden fragmentarse en fibras microscópicas llamadas microplásticos. Esta descomposición supone un gran riesgo ya que facilita la incorporación de sustancias tóxicas para la flora y fauna marina y para los seres humanos que basan su dieta en organismos marinos expuestos a esta contaminación.
Tremco CPG Europe es una empresa comprometida con el medio ambiente y sensible a estos temas, por lo que patrocinó la limpieza de fondos marinos y playas de las playas de Palamós en Girona, España.
Con el lema "No queremos que nuestros mares sean desiertos acuáticos", durante un día, 14 buceadores voluntarios recogieron más de 25 kilos de residuos sólidos recuperados del fondo marino y 30 kilos de la playa de Cala Estreta, Costa Brava, en colaboración con el Palamós Dive Center.